En Shalom Adonai encuentras el amor de Cristo, la gentileza, bondad y ayuda mutua que hace de nuestra comunidad una familia encaminada a seguir los pasos de Jesús. Sin buscar la perfección sino la disposición para que nuestro corazón sea conforme a la voluntad de Dios.
“Toda la gloria sea para Dios”
Nos comprometemos a amar a Dios y a los demás, y a ser conocidos por nuestro amor mutuo.
Nos esforzamos por glorificar a Dios a través de la adoración que está arraigada en las Escrituras, y que nos acerca a Él.
Estamos llamados a servir a nuestra comunidad y a los necesitados mediante actos físicos y espirituales de amor y bondad.
Pretendemos difundir la buena nueva de Jesucristo a todas las personas y compartir el Evangelio con obras y palabras.
Damos prioridad a la práctica de discipular a otros en la fe, ayudándoles a crecer en su comprensión de la Biblia y en su relación con Dios.
Nos esforzamos por ser sabios administradores de los recursos que Dios nos ha dado, utilizándolos para satisfacer las necesidades de la iglesia y de la comunidad.
Buscamos fomentar la unidad en la diversidad, permaneciendo juntos como una familia eclesial unida en nuestro propósito de compartir el amor de Dios.
Nos esforzamos por ser un pueblo santo, que vive en obediencia a la Palabra de Dios y en entrega al poder transformador del Espíritu Santo.
Buscamos cumplir la Gran Comisión, haciendo discípulos de Jesucristo en nuestra región y más allá.
Le invitamos a explorar nuestras creencias y a unirse a nosotros en nuestro empeño por vivir nuestra fe con audacia y pasión.
Creemos en la Trinidad, que es la doctrina de que Dios es uno, existiendo en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres personas de la Trinidad son distintas y están unidas, coexisten en perfecta armonía y trabajan juntas para crear y sostener el mundo. Reconocemos que, puesto que Dios es el Creador y la fuente de toda vida, existe en tres personas que son distintas y a la vez están unidas, comprendiéndose completamente y trabajando juntas para llevar a cabo Sus planes para la humanidad. Creemos que la Trinidad es una parte esencial de la comprensión de Dios y de Su propósito para nosotros. Al abrazar la Trinidad, podemos tener una relación más profunda con el Señor y comprender mejor Su voluntad para nuestras vidas.
Creemos en la inspiración divina de la Biblia, que es la palabra verdadera e inspirada de Dios. Creemos que la Biblia es nuestra norma de vida, y que su verdad, integridad y relevancia son de suma importancia. La Biblia no es sólo un libro, sino una guía viva, llena de la sabiduría y la orientación de Dios. A través de las Escrituras, aprendemos sobre el carácter de Dios, cómo vivir y actuar, y cómo crecer en nuestro camino espiritual. Creemos que leyendo y estudiando la Biblia podemos acercarnos más a Dios y profundizar en la comprensión de su amor.
Creemos en Jesucristo, el Hijo de Dios. Él es la figura central del cristianismo, la Palabra de Dios hecha carne. Jesús fue enviado por Dios para ser el sacrificio definitivo por nuestros pecados, para que pudiéramos disfrutar de una vida eterna con Él. Las enseñanzas de Jesús sobre el amor, el perdón, la humildad y el arrepentimiento son el núcleo de nuestras creencias. También creemos en la resurrección de Jesús, que fue la prueba de su deidad y la promesa de vida eterna para todos los que crean. Estamos llamados a seguir a Jesús, a vivir vidas de santidad y a compartir las buenas nuevas del Evangelio. Cuando aprendemos a amar y servir a los demás, recordamos el ejemplo de amor y sacrificio de Jesús.
Creemos en la salvación por la fe en Jesucristo. Creemos que Jesús fue enviado por Dios para salvarnos y darnos vida eterna. La salvación sólo es posible mediante la fe en Jesús y el arrepentimiento de nuestros pecados. Entendemos que somos salvos por gracia y no por nuestras propias obras. La Biblia nos enseña que no importan los errores que cometamos, el amor y la gracia de Dios siempre están disponibles para nosotros. Creemos que al aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, podemos tener la seguridad de la salvación y la promesa de la vida eterna con Dios.
Creemos en la importancia del bautismo. El bautismo simboliza el compromiso de un creyente con Jesús y sus enseñanzas, y es un acto externo de confesar nuestra fe en Él. Creemos que el bautismo es esencial para el discipulado cristiano, y es una hermosa manera de proclamar nuestra lealtad a Jesús. El bautismo es una experiencia sagrada y significativa, y estamos profundamente comprometidos a ayudar a los creyentes a celebrar este importante hito en su camino de fe. Al celebrar y honrar el bautismo, proclamamos nuestra fe en Jesús y nuestro deseo de servirle a Él y a los demás.
Creemos en el Espíritu Santo, que es la tercera persona de la Trinidad. El Espíritu Santo es el poder unificador entre Dios y la humanidad, y es la fuente de nuestro consuelo, guía y fortaleza. El Espíritu Santo nos ayuda a comprender y apreciar la Biblia, y nos ayuda a vivir sus enseñanzas en nuestras vidas. Creemos que el Espíritu Santo está siempre con nosotros, guiándonos fielmente en nuestro caminar con Dios. También creemos que el Espíritu Santo nos da dones como la sabiduría, el conocimiento, la comprensión, la curación, los milagros, las lenguas y la profecía para que podamos ser utilizados para servir a Dios y difundir su amor.
Creemos en la creencia doctrinal cristiana de La Iglesia. Creemos que la Iglesia es una asamblea santa de creyentes, unidos en la fe y el amor. Nos esforzamos por ser una comunidad de creyentes unidos en nuestra fe en Jesucristo y en nuestro compromiso de servirle a Él y a Su reino. Nos comprometemos a amar a Dios y a los demás, y a ser conocidos por nuestro amor mutuo. Creemos que la Iglesia es un cuerpo de creyentes llamados a servir y a proclamar el Evangelio de Jesucristo a todas las personas. Con la guía del Espíritu Santo, buscamos ser fieles discípulos de Jesús y seguir sus enseñanzas. Nos esforzamos por vivir nuestra fe a través de acciones de amor y servicio a nuestra comunidad y al mundo.
Creemos en el poder de la oración, tanto individual como colectiva, como expresión de fe en la obra de Dios en nuestras vidas. La oración es una parte esencial de la vida cristiana y sirve para hablar con Dios y comunicarnos con Él. Rezamos para pedir orientación, fortaleza, curación, protección y por nuestras familias, amigos y comunidad. A través de la oración, tratamos de profundizar en nuestra comprensión de la voluntad de Dios y de sus planes para nuestras vidas. Rezar nos ayuda a acercarnos más a Dios y a comprender mejor Su voluntad y cómo podemos servirle mejor. Cuando rezamos, nos abrimos a Dios y Él nos responderá a Su manera y en Su tiempo. La oración es una forma hermosa y poderosa de comunicarnos con nuestro Padre Celestial y de buscar Su amor y Su guía.